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¿Qué hacer con la Mente Quejumbrosa?

  • Amyatari
  • 10 de set. de 2022
  • 3 min de leitura

Vemos el mundo con los ojos de la mente. Son nuestras creencias e interpretaciones las que moldean la realidad. Una de las grandes maravillas con las que cuenta el ser humano es la capacidad de dirigir su mente y hacer uso de este instrumento para crear la realidad. Es cierto, no tenemos todo el control sobre las circunstancias externas que enfrentamos día a día, pero sí tenemos el poder de gestionar nuestras emociones, pensamientos y actitudes internas.

Pero qué pasa cuando el instrumento mental presenta una falla y repite el disco rallado de las quejas y la negatividad?



Todos hemos experimentado “la mente mañosa” o “mente quejumbrosa”. Ese autosaboteador al que le encanta criticar, ver el punto negativo de las cosas, proyectar los defectos en los demás, culpar al mundo, señalar el fracaso, desalentar, aferrarse a la zona de confort, manteniéndonos en un estado de pereza y resignación. A esas voces usualmente se les conoce como el lobo negro de la mente que se opone al lobo blanco de nuestros sueños, ideales y optimismo. Esta dinámica interna hace parte de nuestra naturaleza humana y varía en intensidad de un individuo a otro, dependiendo del poder que le demos a cada una de las voces de gobernar nuestras vidas. El camino del crecimiento humano consiste en aprender a domesticar ese aspecto salvaje de nosotros mismos y liberar la batalla ancestral. Qué hacer entonces con la mente quejumbrosa? A continuación encuentras algunos puntos que pueden ayudarte a amaestrarla.

  1. Identifícala: el primer paso en cualquier proceso de transformación es el Darse Cuenta. Al tomar consciencia de estas voces internas puedes observarlas detenidamente sin identificarte con ellas. No intentes transformarlas, juzgarlas o rechazarlas, simplemente observa con paciencia y permítete conocerlas. De lo contrario, si pretendes deshacerte de ellas caerías en las garras de la mente negativa y belicosa que crea una constante lucha en tu interior. Solo aquello que conoces profundamente es lo que puedes amaestrar.

  2. Nivela tu energía: la mente negativa es vulnerable al cansancio y a la falta de energía. Si este es el caso, regálate un tiempo de descanso y autocuidado. Es muy probable que el estado de tu mente se transforme con el simple hecho de priorizar tu bienestar e introducir hábitos que fortalecen tu cuerpo e incrementen la energía vital.

  3. Responsabilízate: la queja es una forma indirecta y poco asertiva de expresar lo que te incomoda. En vez de proyectarlo hacia afuera, reconoce lo que está sucediendo en tu interior. Acepta las emociones que estás experimentado como la frustración, tristeza o rabia. Dales el espacio para liberarlas o expresarlas, esto te permitirá sentirte más liviano. Quejarte te hace víctima de las circunstancias, responsabilizarte te da el poder de transformarlas.

  4. Actúa: Transforma el reclamo en acciones concretas y realistas. Las quejas no te ayudan a avanzar, por el contrario detienen y drenan tu energía. Antes de actuar, expande la visión y contempla las posibilidades que te ofrece la situación, identificando las acciones que estén a tu alcance para transformar lo que te incomoda. Si hay algo que no puedes controlar y se sale de tus manos, simplemente suéltalo y déjalo ir. No tiene sentido desgastar la energía luchando contra aquello que no puedes cambiar.

  5. Agradece: la vida es un crecimiento constante y esta es una valiosa oportunidad para amaestrar tu mente. Siente tu corazón. Mira el lado bueno de las cosas, escucha al “lobo blanco” interior y disfruta de todo lo que si puedes gozar en el momento presente. Agradece!

A cada momento de la vida estás decidiendo en qué invertir tu energía. Practica estos cinco pasos y haz de tu mente una gran amiga.

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